martes, 3 de septiembre de 2013

Actividad 5 Identifica la importancia de los valores y las necesidades humanas.

Nombre del Alumno:
Grupo:
Unidad de Aprendizaje 1:
Identificación de los valores
Resultado de Aprendizaje:
1.1 Identifica los valores acorde con el significado de los mismos al interior de la sociedad.
Actividad núm. 5:
Identifica la importancia de los valores y las necesidades humanas.
Instrucciones. Lee con atención la siguiente información.
1. Elabora un resumen considerando la clasificación de Maslow. Puedes apoyarte en: www.psicologia-online.com/ebooks/.../maslow.htm
2. Plantea tu punto de vista sobre la importancia de los valores en el hombre.
3. Elabora la pirámide de de Maslow, sobre la jerarquía de necesidades.
4. Plantea ejemplos de cada nivel.
Los valores y las necesidades humanas.
Siguiendo la clasificación de Maslow, las necesidades primarias tanto en orden de aparición como en fuerza y rudeza, son las fisiológicas. En cuanto el alimento y vestido las satisfacen, surgen las necesidades de seguridad: la injusticia, el temor a verse relegado de un alto puesto en el afecto de los demás es el caso de la llegada del primer hermano, o de la presencia de un "consentido" o "del preferido" derrumba la posibilidad de satisfacción de este tipo de necesidades y ocasiona un retroceso que se manifiesta en la búsqueda de satisfactores fisiológicos.
Los valores físicos y económicos, esto es, la salud, el ambiente higiénico, el bienestar físico y los satisfactores primarios, un mínimo de confort producto de una prudente administración, satisfacen estas dos necesidades básicas motivadoras del comportamiento humano.
En la tercera infancia, las necesidades sociales se manifiestan con gran fuerza. El núcleo familiar ya no es suficiente: hay que formar nuevos grupos, sentirse miembro de una pandilla, de un equipo. En cambio en la adolescencia, las necesidades del yo -las de la propia estima y las de !a propia reputación cobran el primer plano. Ser digno ante los propios ojos y ser alguien ante los demás, es una necesidad apremiante del hombre.
Los valores sociales y afectivos cubren estos renglones: la fama, el prestigio, el poder, el amor, el afecto, las manifestaciones de cariño y de ternura, el descubrimiento de las emociones, el encauce de los sentimientos, es esencial para proporcionar satisfactores oportunos.
Pero es en la juventud y en la madurez donde las necesidades de autorrealización entendidas como perfeccionamiento personal, ya en potencia desde la niñez se hacen apremiantes. El imperativo de encontrar sentido a la vida, la urgencia de trascendernos en una obra creativa, el llamado hacia la lucha por un ideal definido, el amor a la Verdad, la belleza, la Bondad, en suma, sólo pueden ser satisfechos por los valores más altos de la cultura: la ciencia, el arte, la moral y la religión. (Pliego Ballesteros, 2006).
La pirámide de Maslow, o jerarquía de las necesidades humanas, es una teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow en su obra: Una teoría sobre la motivación humana (en inglés, A Theory of Human Motivation) de 1943, que posteriormente amplió. Maslow formula en su teoría una jerarquía de necesidades humanas y defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide), los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados (parte superior de la pirámide).
Pirámide de Maslow: jerarquía de necesidades.

Jerarquía de necesidades[editar · editar fuente]

La escala de las necesidades se describe como una pirámide de cinco niveles: los cuatro primeros niveles pueden ser agrupados como «necesidades de déficit» (deficit needs o D-needs) (primordiales); al nivel superior lo denominó por ultima vez «autorrealización», «motivación de crecimiento», o «necesidad de ser» (being needs o B-needs).
La idea básica es: solo se atienden necesidades superiores cuando se han satisfecho las necesidades inferiores, es decir, todos aspiramos a satisfacer necesidades superiores. Las fuerzas de crecimiento dan lugar a un movimiento ascendente en la jerarquía, mientras que las fuerzas regresivas empujan las necesidades prepotentes hacia abajo en la jerarquía. Según la pirámide de Maslow dispondríamos de:

Necesidades básicas[editar · editar fuente]

Son necesidades fisiológicas básicas para mantener la homeostasis (referentes a la supervivencia):
  • Necesidad de respirar, beber agua (hidratarse) y alimentarse.
  • Necesidad de dormir (descansar) y eliminar los desechos corporales.
  • Necesidad de evitar el dolor y tener relaciones sexuales.
  • Necesidad de mantener la temperatura corporal, en un ambiente cálido o con vestimenta.

Necesidades de seguridad y protección[editar · editar fuente]

Surgen cuando las necesidades fisiológicas están satisfechas. Se refieren a sentirse seguro y protegido:
  • Seguridad física (un refugio que nos proteja del clima) y de salud (asegurar la alimentación futura).
  • Seguridad de recursos (disponer de la educación, transporte y sanidad necesarios para sobrevivir con dignidad).
  • Necesidad de proteger tus bienes y tus activos (casa, dinero, auto, etc.)
  • Necesidad de vivienda (protección).

Necesidades sociales[editar · editar fuente]

Son las relacionadas con nuestra naturaleza social:
  • Función de relación (amistad).
  • Participación (inclusión grupal).
  • Aceptación social.
Se satisfacen mediante las funciones de servicios y prestaciones que incluyen actividades deportivas, culturales y recreativas. El ser humano por naturaleza siente la necesidad de relacionarse, ser parte de una comunidad, de agruparse en familias, con amistades o en organizaciones sociales. Entre éstas se encuentran: la amistad, el compañerismo, el afecto y el amor. Éstas se forman a partir del esquema social.

Necesidades de estima[editar · editar fuente]

Maslow describió dos tipos de necesidades de estima, una alta y otra baja.
  • La estima alta concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, e incluye sentimientos tales como confianza, competencia, maestría, logros, independencia y libertad.
  • La estima baja concierne al respeto de las demás personas: la necesidad de atención, aprecio, reconocimiento, reputación, estatus, dignidad, fama, gloria, e incluso dominio.
La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima y el complejo de inferioridad. El tener satisfecha esta necesidad apoya el sentido de vida y la valoración como individuo y profesional, que tranquilamente puede escalonar y avanzar hacia la necesidad de la autorrealización.
La necesidad de autoestima, es la necesidad del equilibrio en el ser humano, dado que se constituye en el pilar fundamental para que el individuo se convierta en el hombre de éxito que siempre ha soñado, o en un hombre abocado hacia el fracaso, el cual no puede lograr nada por sus propios medios.

Autorrealización o autoactualización[editar · editar fuente]

Este último nivel es algo diferente y Maslow utilizó varios términos para denominarlo: «motivación de crecimiento», «necesidad de ser» y «autorrealización».
Es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las jerarquías, y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a ésta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, o al menos, hasta cierto punto.

Personas autorrealizadas[editar · editar fuente]

Maslow consideró autorrealizados a un grupo de personajes históricos que estimaba cumplían dichos criterios: Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, Mahatma Gandhi, Albert Einstein, Eleanor Roosevelt, William James, entre otros.
Maslow dedujo de sus biografías, escritos y actividades una serie de cualidades similares. Estimaba que eran personas:
  • centradas en la realidad, que sabían diferenciar lo falso o ficticio de lo real y genuino;
  • centradas en los problemas, que enfrentan los problemas en virtud de sus soluciones;
  • con una percepción diferente de los significados y los fines.
En sus relaciones con los demás, eran personas:
  • con necesidad de privacidad, sintiéndose cómodos en esta situación;
  • independientes de la cultura y el entorno dominante, basándose más en experiencias y juicios propios;
  • resistentes a la enculturación, pues no eran susceptibles a la presión social; eran inconformistas;
  • con sentido del humor no hostil, prefiriendo bromas de sí mismos o de la condición humana;
  • buena aceptación de sí mismos y de los demás, tal como eran, no pretenciosos ni artificiales;
  • frescura en la apreciación, creativos, inventivos y originales;
  • con tendencia a vivir con más intensidad las experiencias que el resto de la humanidad.

Metanecesidades y metapatologías[editar · editar fuente]

Maslow también aborda de otra forma la problemática de lo que es autorrealización, hablando de las necesidades impulsivas, y comenta lo que se necesitaba para ser feliz: verdad, bondad, belleza, unidad, integridad y trascendencia de los opuestos, vitalidad, singularidad, perfección y necesidad, realización, justicia y orden, simplicidad, riqueza ambiental, fortaleza, sentido lúdico, autosuficiencia, y búsqueda de lo significativo.
Cuando no se colman las necesidades de autorrealización, surgen las metapatologías, cuya lista es complementaria y tan extensa como la de metanecesidades. Aflora entonces cierto grado de cinismo, los disgustos, la depresión, la invalidez emocional y la alienación.

Características generales de la teoría de Maslow[editar · editar fuente]

  • Sólo las necesidades no satisfechas influyen en el comportamiento de todas las personas, pues la necesidad satisfecha no genera comportamiento alguno.
  • Las necesidades fisiológicas nacen con la persona, el resto de las necesidades surgen con el transcurso del tiempo.
  • A medida que la persona logra controlar sus necesidades básicas aparecen gradualmente necesidades de orden superior; no todos los individuos sienten necesidades de autorrealización, debido a que es una conquista individual.
  • Las necesidades más elevadas no surgen en la medida en que las más bajas van siendo satisfechas. Pueden ser concomitantes pero las básicas predominarán sobre las superiores.
  • Las necesidades básicas requieren para su satisfacción un ciclo motivador relativamente corto, en contraposición, las necesidades superiores requieren de un ciclo más largo.

Ciclo de proceso[editar · editar fuente]

Maslow definió en su pirámide las necesidades básicas del individuo de una manera jerárquica, colocando las necesidades más básicas o simples en la base de la pirámide y las más relevantes o fundamentales en la cima de la pirámide, a medida que las necesidades van siendo satisfechas o logradas surgen otras de un nivel superior o mejor. En la última fase se encuentra con la «autorrealización» que no es más que un nivel de plena felicidad o armonía.

Críticas a su teoría[editar · editar fuente]

Acorde con Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde y Martin Hopenhayn en el libro Desarrollo a escala humana (1986), y también con Paul Ekins en Riquezas sin límites, Atlas Gaia de la economía verde, a esta concepción de Maslow se le atribuye la legitimación de la piramidalidad social[cita requerida]. Si las necesidades están jerarquizadas y son infinitas, la sociedad se configurará también jerárquicamente donde sólo la cúspide accede a más y a más a costa de mantener abajo a una base cuanto más amplia y desposeída más conveniente[cita requerida]. Esto se contrapone a la visión del desarrollo a Escala humana, donde se esgrime que las necesidades son pocas, finitas, clasificables y universales. Forman un sistema de 9 necesidades con cuatro formas de realización: subsistencia, protección, afecto, comprensión, participación, creación, recreo, identidad y libertad, mediante el ser, el tener, el hacer y el relacionarse.
Mahmoud A. Wahba y Lawrence G. Bridwell realizaron en Maslow Reconsidered: A Review of Research on the Need Hierarchy Theory (1976) una revisión extensa de la teoría de Maslow y encontraron escasas evidencias de que este orden de necesidades de Maslow fuese así o de que existiera jerarquía alguna. La felicidad es subjetiva e independiente de necesidades y estereotipos culturales, así como también la autorrealización aun es posible ante carencias materiales, pero no espirituales. [cita requerida]

Véase también[editar · editar fuente]

Bibliografía[editar · editar fuente]

 

Actividad 4 Identifica la objetividad del valor

Nombre del Alumno:
Grupo:
Unidad de Aprendizaje 1:
Identificación de los valores
Resultado de Aprendizaje:
1.1. Identifica los valores acorde con el significado de los mismos al interior de la sociedad.
Actividad núm. 4:
Identifica la objetividad del valor.
Instrucciones: Realizar la lectura.
1. Identifica los cuatro valores que se mencionan.
2. Elabora en un cuadro comparativo en el que especifiques las características de cada uno.
3. Redacta una síntesis comparando, con los valores mencionados y aquellos que se practican en el ámbito escolar.
4. Presenta tus comentarios al grupo, en una lluvia de ideas.
Objetividad del valor.
Muchas personas responderían a las preguntas anteriores de este modo: "cada quien sabe lo que hace", "según las circunstancias", "depende de la época y del lugar de que se trate". Estas son posturas relativistas fáciles de rebatir con un poco que pensemos con profundidad.
Los griegos dibujaban una serpiente en círculo comiéndose su cola, con lo que querían significar cómo el relativismo tiene en sí la semilla de su propia destrucción. Si decimos que todo es relativo, nos estamos contradiciendo, porque hemos hecho una afirmación absoluta: por lo menos una cosa ya no es relativa, que todo sea relativo. Y no es un juego de palabras. La Verdad es para todos y donde sea, o no es Verdad. La Bondad, intrínseca a la naturaleza humana, o es válida para todo el género humano, o no es Bondad.
Es comprensible, pero no justificable, esta actitud de falta de fijeza, de "manga ancha" en extremo, dadas las condiciones de nuestra época. Todo parece cambiar; el cambio es aceleradísimo en muchos aspectos y sectores; hay que actualizarse constantemente. El relativismo anda en el smog del ambiente y muchos lo asimilan por ósmosis, por comodidad y cobardía. Porque realmente la postura del relativista esconde una gran pereza mental y una enorme falta de valentía: a todos da por su lado, no se busca enemistades, y además, no da la cara, no se compromete ante nada ni ante nadie.
Muchas personas se dejan arrastrar por esta situación y creen que todo debe cambiar. Así se encuentran desorientadas, porque si consideran que todos los valores en los que ellas fueron educadas son obsoletos no tienen ya más vigencia, nunca saben a qué atenerse y, como veletas, son presas fáciles de todas las corrientes, de todos los "ismos", por contradictorios que sean.
No. La Axiología como las matemáticas, es una ciencia exacta. La nueva ciencia del valor demuestra, utilizando las matemáticas transfinitas, la correcta jerarquización axiológica. El punto de partida para lograrlo es precisar el concepto al que se refiere cada valor. Porque es obvio que una persona que entienda "religiosidad" como hipocresía, "mochera" o subterfugio, como mito producto de la imaginación alienada, la colocará en un nivel inferior o más bien la sacará del resto de la esfera de valores, por tratarse de un disvalor. Otra persona que considere "religión" como la relación entre Dios y el hombre, relación paterno-filial, colocará esta esfera en la cima de las
demás, por tratarse de un nivel sobrenatural: como su nombre lo indica, está sobre todas las demás esferas, que corresponden a lo natural en el hombre. ¿y cuál de estas personas tiene la razón? Porque la verdad no puede estar en dos posturas contradictorias. El diccionario nos puede resolver muchos conflictos, y si queremos profundizar más, habremos de recurrir a los peritos en esta materia y en la de cada una de las otras esferas.
El concepto de "moral" se refiere al deber ser de los actos humanos en orden, alcanzar la felicidad. Un acto "humano" requiere necesariamente de la razón y la voluntad. Esto es, para que un acto pueda ser calificado de moral o inmoral, es imprescindible que haya sido realizado consciente y libremente. Pero ¿en qué nos basamos para calificar de bueno o malo un acto humano? Es decir, ¿cuál es el criterio de moralidad? La ética nos dice que este criterio se basa en la misma naturaleza humana. En la medida en que un acto perfeccione todos los aspectos del hombre (vegetativo, animal, racional y trascendente) o cuando menos no vaya en detrimento de lo superior, el acto es bueno.
Y si el criterio de moralidad se basa en la naturaleza humana en la esencia del hombre- no puede estar sujeto a cambios, porque si cambiara la naturaleza humana, ya no podríamos hablar de moral, de hombre, de razón y voluntad.
Un ejemplo podría aclarar lo anterior. Si un hombre bebe en una reunión familiar una copa de buen cogñac, se perfecciona vegetativamente porque el cogñac tiene ricas propiedades alimenticias; se perfección sensitivamente, en la medida en que sea buen catador, al gustar y oler una buena bebida; se perfecciona racionalmente, al compartir con sus familiares y más si procuran dialogar sobre temas interesantes, ampliando sus horizontes y comprendiendo los diferentes puntos de vista; En cambio si en vez de beber una copa, bebe cien, se perjudica su organismo, ya no alcanza a distinguir el bouquet, su razón se nubla, al grado que ya no es consciente de sus actos.
El mal es un desorden, una carencia de bien: donde debería haber un hombre lúcido, no tenemos más que un ser que se comporta como animal.
Necesitamos adoptar una actitud de apertura para comprender diferentes puntos de vista, para saber colocarnos desde el ángulo en que otras personas observan equis situación, y así poder enriquecer nuestro punto de vista. Jerárquicamente, la esfera de valores estéticos sigue a la de los religiosos y los morales. La Belleza, la elegancia naturalismo en el que laxamente nada es mal la formación de lo sublime, lo bonito, lo agradable, son categorías estéticas. La voz griega "aisthesis" significa sensación, lo que nos da una pauta para relacionar siempre esta esfera de valores con cosas materiales que percibimos por los sentidos. Pero lo estético no se refiere a cualquier cosa, sino a una "cosa" bella y humanizada, enriquecida por la proyección total de la personalidad del artista que crea, o del hombre que contempla o del virtuoso que interpreta recreando la obra original. La actitud estética no sólo se da ante el arte, sino ante la naturaleza.
Sin embargo, aquí es cuestión de gustos y de tipos de personalidad, aunque también intervienen criterios más objetivos, que se pueden estudiar. Son raras las personas que gustan de Stravinski o de José Clemente Orozco o de José Gorostiza a la primera. Sin embargo, si se dejan guiar por un buen maestro, y no se cierran ante lo que al principio puede hasta disgustar, y van con esfuerzo penetrando en sus mundos, llegarán a apreciar, si no es que a enamorarse de esas obras. Lo malo sería que por ignorancia y por dejarse llevar de opiniones infundadas, creyéramos encontrar arte en lo que sólo es una manifestación vacía, puramente formal o puramente temática, anecdótica -descriptiva por lo general de conductas erróneas que intentan confundir lo pornográfico, lo grosero y lo morboso con lo auténticamente bello.
Pasemos a los valores intelectuales. Como estamos estudiando lo más sistemáticamente posible la jerarquización axiológica conviene recordar de nuevo que hemos de efectuar una serie de disecciones. No olvidemos que uno es el terreno del análisis y otra la realidad viva, única, total, integral, del ser humano. Pero parece que nuestra inteligencia si no divide no comprende.
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Naturalmente, el hombre en su actividad pensante no puede dejar a un lado, sus emociones, sus instintos, su voluntad, su fe. Pero cuando hablamos de los valores intelectuales, nos referimos a la actividad de la razón Por eso los consideramos en cuarto lugar. Las tres esferas anteriores requieren, de un modo o de otro, de la totalidad de la persona: ante lo divino, no sólo se compromete nuestra razón y nuestros sentimientos, sino toda la vida; la moral rige la totalidad de nuestros actos humanos, y ya vimos como la actitud estética absorbe también nuestra personalidad entera.
Con la razón vamos en busca de la Verdad. Al preguntamos por el universo, al penetrar en los secretos del átomo, al cuestionamos quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos, nos estamos distinguiendo esencial y vitalmente de las bestias. Dos falsos conceptos de esta esfera de valores, que nos llevarían a moverla de sitio en la tabla jerárquica, serían: o considerar lo intelectual como la fórmula mágica y única que dignifica al hombre, y sin la cual no se da ninguno de los otros valores, o considerar la ciencia por la ciencia, el saber por el saber, lo cual tiende más a ensoberbecer que a dar la felicidad.
La primera postura está viendo la jerarquía no desde un punto de vista axiológico qué vale más sino según un orden de necesidad: qué necesito primero. Viéndolo así, primero necesitamos estar vivos valores físicos para poder pensar valores intelectuales y así poder realizar en nuestra vida la Belleza, la Bondad y la Santidad.
La segunda postura cae por su propio peso: el erudito petulante que sabe el qué de todo pero no el para qué, es un pobre indigesto de lecturas, más lucrado del pensamiento de otros, que creador que contribuya al acercamiento humano a la Verdad, fuente de la felicidad auténtica.
La esfera siguiente es la de los valores afectivos. Aunque: luchas adolescentes se enojan porque pongamos el corazón bajo la cabeza, esa es la realidad anatómica y axiológica. Emociones, las tienen los animales; razón, no. La afectividad tiene un componente fisiológico muy fuerte: las hormonas realizan su función y nos pueden inclinar al amor o alodio. En cambio, 2 + 2 son 4 esté de buenas o de malas, me caigas bien o sienta aborrecerte. Si entendiéramos en esta esfera lo puramente fisiológico, sería reductible a los valores físicos; si la tomáramos como el deber de amar a todos, consciente y libremente, estaríamos en el terreno pleno de la moral; y si la entendiéramos como el Amor sublime de la caridad, hablaríamos ya un lenguaje religioso.
La afectividad en el hombre ocupa un terreno fronterizo entre lo espiritual y lo material. Lo espiritual actúa por nuestra inteligencia que piensa, que conceptualiza, y nuestra voluntad que quiere libremente, que ama. Nuestro cuerpo, lo material, actúa por el conocimiento sensorial de las cosas individuales y los apetitos que reaccionan instintivamente ante ellos. Pero nuestra afectividad actúa material y espiritualmente: la imaginación ve -como el pensamiento abstracto en lo racional y el conocimiento sensible en el animal- y el sentimiento actúa como la voluntad o el apetito en sus propios terrenos.
En cuanto imaginamos cosas materiales, nuestras emociones tienen también una gran dosis hormonal. Pero en cuanto vamos siendo capaces de mayor creatividad e imaginamos grandes obras en el terreno científico, artístico o ético, nuestros sentimientos se espiritual izan.
Siguen los valores sociales. Si aquí pensamos en términos de "justicia social", y de "bien común", nos regresamos a valores más altos, ya citados, como son los morales. Pero considerémoslos como las relaciones impersonales con los demás. No hay una comunicación de tú a tú, sino la interacción despersonalizada con el "hombre masa". Lo que "se dice", lo que hacen; la moda, las costumbres sociales, el aplauso, los resultados de una elección, las rayas de una estadística, el prestigio, la fama, el poder. No importa en realidad quién aplauda, quién vote, quién diga, quién use, quién apoye, sino el impersonal "se": que se aplauda, se vote, etc.
Los penúltimos en la escala jerárquica son los valores físicos, porque se refieren a lo puramente material, pero vivo, del hombre. La salud es un don preciado que hay que saber cuidar. Ciertamente es la base del edificio: "mente sana en cuerpo sano", nos han dicho los griegos
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muchos siglos atrás. Nuestro pensamiento es superior a nuestro metabolismo: el primero nos puede sobrevivir, el segundo es efímero. Entre un atleta y un sabio, hay su diferencia: no en cuanto a la persona tan valiosa una como la otra, por el hecho de serlo sino en cuanto a su actividad, dada su trascendencia.
Por último, los valores económicos se refieren a la materia a la que le ha sido dado un valor convencional.
En realidad estos cuatro últimos valores son instrumentales, son medios, "sirven para" lograr los superiores. Los de las alturas son servidos, no "sirven para", porque ya son metas. Si quisiéramos el dinero por el dinero mismo, la salud y el poder por sí mismos, seríamos tristemente mediocres. El mediocre hace del medio su fin y vive para eso. No se da cuenta de que se queda adorando el peldaño sin ir a ninguna parte. Así, no vive: se agita inútilmente acumulando riquezas, cuidando escrupulosamente su salud o en soberbia total por la multitud de sus súbditos, pero se ahoga y se pudre en su egoísmo y no encuentra la felicidad.
El segundo paso que debemos dar, es más difícil que encontrar intelectualmente los fundamentos de jerarquización: vivir conforme a esta tabla axiológica. Esto exige lucha constante por ser auténticos, por vivir congruentemente con lo que creemos y pensamos. Y con todo, nos podemos equivocar, como puede errar en una suma un buen matemático; pero ese fue error de él y no de las matemáticas. Lo mismo sucede en la axiología: tú y yo tendremos que rectificar miles de veces en nuestra vida, porque antepusimos algo de menor valor a lo que valía más, pero la Axiología, la Ciencia del Valor, se queda muy tranquila.
(Pliego Ballesteros, 2006).

Actividad 3. Análisis de los diversos enfoques de los valores


Actividad 2 Define que son los valores

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1.1 Identifica los valores acorde con el significado de los mismos al interior de la sociedad.
Actividad núm. 2:
Define que son los valores.
Instrucciones: lee la siguiente información.
1. Elabora en tu cuaderno un ordenador gráfico a partir de:
 Mapas mentales.
 Cuadro sinóptico.
 Mapas y redes conceptuales.
2. Deberás iniciar con el concepto de valor.
3. Establece cada uno de los enfoques de los valores.
4. Selecciona sólo la información necesaria para su elaboración.
5. Puedes apoyarte en imágenes.
QUÉ ES EL VALOR
¿Qué es el valor?
Existen múltiples respuestas.
Si lo preguntas a un soldado, te hablará del valor como la valentía que se requiere para vencer el temor y a la vez actuar con prudencia en el campo de batalla.
Un banquero se apresuraría a dar su opinión sobre qué tipo de inversión asegura un mayor rendimiento de tu capital o una mayor seguridad: la especulación en la bolsa de valores o la inversión en documentos de plazo fijo.
Un perito en leyes, pensará en la Carta de los derechos humanos, como valores que, por estar fincados en el Derecho Natural, son universalmente reconocidos.
Una madre de familia asustada por la invasión del libertinaje y la violencia en los medios de comunicación social, se lanzará como fiera para defender los valores de la familia: amor, fidelidad, integración, generosidad, comprensión exigente, capacidad de perdón, de esperanza, de paciencia.
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Un estadista consciente y recto, afirmará los valores patrios de la democracia, la solidaridad, la responsabilidad con los más necesitados -"la hipoteca social", para lograr el bien común, etc.
Y todos tienen razón: cada uno lleva "las aguas a su molino", aplicando el "valor" a "determinados valores". Sin embargo ni uno de ellos nos ha definido lo que es el valor.
Enfoque Metafísico.
La respuesta más radical la hemos de buscar en la Metafísica o Filosofía Primera, que se pregunta por la esencia misma de todo lo que es.
1°.,SER Y VALOR son convergentes.
Todo lo que ES, por el hecho de SER, es VALIOSO.
Así como hay grados en los seres de mayor a menor entidad según sus atributos, hay grados en los valores.
El Valor de los valores corresponde al SER, subsistente por sí mismo: Infinito, Eterno, (sin composición alguna y por tanto sin posibilidad de descomposición), Omnipotente, etc. El valor de las creaturas dependerá del grado de semejanza con el Ser Pleno. Primero son y valen los ángeles, por ser espíritus puros, inteligentes y libres, siendo una síntesis de materia y espíritu, esas facultades superiores, chispas divinas, van manifestándose en cuanto la materia se va organizando.
El alma humana pasa por los avatares del crecimiento, de la salud y la enfermedad; de la pérdida de las facultades físicas sea por accidente o por ancianidad. Sólo el amor puede seguir in crescendo hasta la eternidad.
Después, son y valen los seres animados: desde los mamíferos superiores hasta los vegetales más rudimentarios. Luego, son y valen los seres inanimados el reino mineral desde el nivel micro cósmico hasta el macrocosmos.
Con esta gradación puede quedamos claro que todos los bienes del universo han de estar al servicio del hombre: la tecnología al servicio de la ecología y éstas al servicio del ser humano, que ha de enseñarlas racionalmente. El mismo orden natural, coloca al hombre al servicio de lo que está sobre su naturaleza.
2º El estudio de la Metafísica nos da otra aproximación a la esencia del valor. Al estudiar los trascendentales del ser, sabemos que todo ser por el hecho de ser, es
Uno Verdadero Bueno y Bello
¿No es cierto que todos valoramos la unidad, la verdad, la bondad y la belleza? ¿Dónde están esos valores? En lo que ES. Luego la división, la falsedad, la maldad y la fealdad, ontológicamente no son. Dicho de otra manera, son carencias de los seres que no poseen la plenitud del SER.
3° Otros autores se refieren a los valores como "múltiples especificaciones del bien".
¿Por qué omiten los otros tres trascendentales? Porque el bien es el ser en cuanto apetecible, y como valorar humanamente es desear, apetecer, querer voluntariamente el bien que nos perfecciona, la misma verdad es un bien para mi inteligencia, la unidad es un bien para mi vida, la belleza es un bien en el que descansa gozosa mente mi espíritu.
Lo importante del enfoque metafísico es que, al vincular valor y ser, nos sitúa en una postura objetiva. Los seres valen de por sí, independientemente de que alguien los valore o no.
Enfoque Antropológico.
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Los sentidos externos del ser humano no son rigurosamente hablando- iguales a los de los animales, puesto que los nuestros "conectan" con el espíritu. (Ni nuestro cuerpo es animal, ni nuestra alma es angélica: tenemos un cuerpo humano y un alma humana). Cuánto más lo serán los sentidos internos, hasta el grado en que a la estimativa animal se le denomina cogitativa en el hombre. Esto quiere decir que la bestia posee un instinto que le impele a huir de lo que le es nocivo y "estimar" hasta acercase a lo que conviene a su naturaleza, por mecanismos y reacciones químicas más o menos elaborados. En cambio el hombre no se mueve sólo por sus tendencias instintivas (a veces más débiles que las del animal), sino que piensa (cogitatio en latin) y quiere libremente, porque se lo permiten sus facultades espirituales.
El hombre, va en la búsqueda de los valores que perfeccionan su naturaleza en cierto modo inacabada. El ser perfectible es privativo de la persona humana, y ya desde el momento de la concepción somos personas humanas. Y lo es, aunque sus facultades superiores, la inteligencia y la voluntad, tarden en manifestase o no lo hagan debido a alguna tara hereditaria o accidente no congénito.
Luego de la cogitativa parten nuestras valoraciones, así como de nuestros ojos parte nuestra capacidad visual.
Ciertamente no hay nada en la inteligencia que no haya pasado por nuestros sentidos. Lo mismo ocurre con el valor: no hay nada en nuestras valoraciones que no haya pasado por la cogitativa. Ahora bien, resulta que podemos tener nuestros sentidos poco desarrollados, enfermos o inutilizados. También hay cegueras axiológicas totalmente inculpables o culpablemente descuidadas. Existe la ley de la compensación: así como es frecuente que los ciegos posean un oído extraordinariamente fino, la capacidad de valoración fina en determinadas áreas puede ayudar en otros aspectos que se perciban con torpeza.
El precio que se ha de pagar para lograr la "salud integral" no es otro que el de la educación.
Enfoque Ético.
El punto de vista antropológico se vincula de inmediato con el de la ética. El hombre ha de ordenar sus actos en relación a su fin. Será valioso, lo que le acerque a la consecución de su fin; y lo que lo aparte, lo aleje o frustre sus intentos por alcanzarlo, no recibirá el calificativo de valioso, por más que se refiera a seres metafísicamente dotados de valor. La ética enriquece el discurso axiológico aportando a la valoración humana el concepto de orden. Sólo son valiosos para el hombre, los seres, las obras, las situaciones y los múltiples avatares de la vida que se ordenen a la consecución de su "fin final" como diría Aristóteles, para diferenciarlo de los fines parciales.
Las virtudes intelectuales y morales son las que tienen aquí la palabra. Y ya vimos cómo la educación en las virtudes permite escalar las cimas más valiosas del espíritu.
Viene a cuento una anécdota ocurrida en un pueblo indígena muy lejano y escondido, que sufre enormes carencias materiales y espirituales. Al visitar la casa de una familia si así se le puede llamar a un refugio donde se hacinan, más que conviven, unas veinte personas- entre los ídolos, amuletos y demás objetos separados como algo sagrado, en una especie de altarcito, estaba recortada de un periódico amarillento, la fotografía del Papa Juan Pablo II.
Ustedes no son católicos. ¿Por qué tienen aquí el retrato del Papa?
Hombre bueno contestó con su pobre castellano el pater-familia.
Decir hombre "bueno" expresa una valoración mucho más alta que adjetivos tales como: erudito, artista, famoso, rico, guapo.
Enfoque Ascético.
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Interpretación de normas de convivencia social
El griego askein significa ejercitarse.
Ejercitarse en las virtudes se confunde frecuentemente con la educación en los valores.
Podríamos decir que toda virtud es un valor pero no todo valor es una virtud.
Porque la virtud es una realidad que posee quien la conquista: está en un sujeto. En cambio ya vimos que todo objeto por el hecho de ser, es valioso.
Como en la educación familiar quienes nos ocupan son los educandos y todos los miembros de la familia lo somos, la realización personal de cada esfera de valores, ha de suponer el ejercicio de virtudes especificas.
Por eso aciertan quienes vinculan el proceso de perfeccionamiento humano con la conquista paulatina de diferentes "familias" de virtudes: unas con otras están tan unidas, que no es posible cultivarlas apartándolas: crecer en unas, propicia el crecimiento de las demás.
Del mismo modo, perder en unas o caer en los vicios contrarios propicia una concatenación que puede llegar al derrumbe total.
Efectivamente, hay virtudes que iluminan con preponderancia a cada esfera de valores.
Por ejemplo:
Para los valores económicos, la virtud de la sobriedad y la generosidad;
Para los valores físicos, la virtud de la templanza;
Para los valores sociales, la virtud y la responsabilidad;
Para los valores afectivos, la virtud de la amistad;
Para los valores intelectuales, la virtud de la estudiosidad;
Para los valores estéticos, la virtud de la prudencia y de la magnanimidad;
Para los valores morales, la virtud de la fortaleza y de la justicia;
Para los valores religiosos, la virtud de la religiosidad y la fe, la esperanza y la caridad
Este cuadro puede servirnos sólo como parangón ilustrativo, porque dada la unidad de la persona repito todas las virtudes se involucran entre sí.
Enfoque Psicológico.
El comportamiento externo de una persona que valora algo o a alguien, se manifiesta por la emoción con la que tiñe de colorido el juicio de su razón.
El entusiasmo y la alegría por lo valioso, corresponden a la chispa con la que nace lo que después puede llegar a ser un incendio pasional, rectamente encauzado.
Por el contrario, la frialdad o repulsión ante lo que se juzga no valioso o dañino, es la respuesta afectiva consecuente.
Estas reacciones de la afectividad requieren ser educadas, a la luz de la inteligencia y la voluntad, las cuales han de gobernar políticamente a las pasiones, los sentimientos, las emociones y los estados de ánimo.

martes, 13 de agosto de 2013

Mapa Conceptual y Actividad 1



NOTA: Imprimir el mapa para el jueves 15/8/13

Unidad de Aprendizaje 1:
Identificación de los valores
Resultado de Aprendizaje:
1.1 Identifica los valores acorde con el significado de los mismos al interior de la sociedad.
Actividad núm. 1:
Analiza la naturaleza del hombre.
Instrucciones: Lee la siguiente información.
1. Realiza en tu cuaderno un ensayo desarrollado un análisis sobre la naturaleza del hombre.
2. Comentar al grupo en una lluvia de ideas.
3. Contesta en forma individual ¿Por qué necesitamos valores?
Naturaleza humana.
No es, ni pretendo que lo sea, la última palabra en jerarquización axiológica. (Otros autores ordenan tres, cuatro, seis o más valores). Baso su objetividad en la naturaleza humana.
Si nos preguntamos: ¿sería posible que un grupo totalmente heterogéneo de personas, lleguen a un común acuerdo sobre qué es lo más y lo menos valioso?
Imaginemos a hombres y mujeres de diferente edad, raza, país, época histórica, condición social, creencias, con la única condición de que estén en ejercicio de sus facultades y de que hablen con cierta riqueza un mismo idioma. ¿No sería aquello un barullo infructuoso? ¿Qué es lo único que los une? Su naturaleza, su más íntima esencia. Todos son una síntesis corpóreo espiritual; todos son una unidad substancial de materia y espíritu en la que toda la materia está espiritualizada y todo el espíritu está corporeizado. Esto es demostrable filosóficamente y es tan real y verdadero -pero a la luz de la fe-, como que la persona humana hombre y mujer desde su creación fue elevada al orden sobrenatural de la gracia.
Para ilustrar entre lo natural cuerpo y espíritu y lo sobrenatural la gracia divina, nos puede servir el recuerdo de un sacerdote recién ordenado.
Al ir a un hospital a atender espiritualmente a un miembro de su familia que iba a ser operado, fue requerido por una señora que entre sollozos le rogó fuera a ver a su esposo. En el trayecto le confesó que no era realmente su esposo: no estaban casados. La impresión de este novel sacerdote fue tremenda: el pobre enfermo yacía entre catéteres. Su estertor era angustioso y el único ojo que mostraba (el otro lo tenía cubierto con vendas), lo abría desmesuradamente. Estaba consciente, por lo que el sacerdote se acercó y le dijo:
Soy sacerdote católico, ¿quieres que te ayude a hacer una buena confesión?
El movimiento de cabeza, repetidamente afirmativo en medio de su agitación, le permitió seguir adelante. El sacerdote pidió a la señora que saliera y se detuvo un buen rato con él. Finalmente, al salir del cuarto, dado el tramo que separaba a éste del elevador, alcanzó a escuchar la voz de la enfermera:
¿Qué le dieron al enfermo? sus signos vitales se han normalizado!
Esa "inyección" de la gracia del arrepentimiento, lo había llenado de la confianza en el perdón divino, y la paz de su alma afectó su pulso, su presión y su respiración.
Si concluimos y demostramos que somos una síntesis de cuerpo material, alma espiritual y si queremos vida de la gracia, resulta lógico que lo que necesitamos para alcanzar la plenitud humana, esto es, lo que nos perfecciona en cuanto seres humanos son los valores:
(Pliego Ballesteros, 2007)
Volvamos ahora a ese grupo imaginario tan heterogéneo como el que más. Decíamos que sólo cabria en cuestiones axiológicas- un consenso universal, si partimos de lo que nos une universalmente: nuestra naturaleza. Ahora bien, el vocablo "jerarquizar" hunde su etimología en el griego hieras: sagrado Jeroglífico: escritura sagrada; hierática: actitud sagrada) y es este concepto el que nos da un criterio de orden. Jerarquizar valores es ordenarles desde lo que es más sagrado hasta lo que es menos sagrado.
Por lo tanto, para poder presentar una jerarquía universal y objetiva, es necesario además del punto de partida universal, y objetivo: tener claridad en la conceptualización de cada esfera de valores. Aunque es la persona el sujeto de operación, en cada esfera de valores interviene con preponderancia alguna facultad, o se sitúa a la persona frente a una realidad en cierto sentido diferente.
Los valores religiosos, nos colocan frente a lo sobrenatural y nuestra personalidad se ve totalmente afectada al permitir que nuestra vida entera sea dirigida por la luz de la fe.
Los valores morales afectan toda nuestra conducta en todos los ámbitos: nuestro libre asentimiento a la ley moral -recta razón- troquela nuestra conciencia que emite juicios de bondad o maldad ante nuestros propios actos y los de los demás, animándonos a ejercitarnos en la virtud.
Los valores estéticos también enriquecen toda nuestra personalidad, pero sólo inferiores a los dos primeros, eminentemente espirituales, porque requieren obligatoriamente de la intervención material que actualiza nuestra sensibilidad, permitiéndonos así el gozo de la belleza.
Las demás esferas parcializan por decirlo así las facultades o los ámbitos de acción.
Los valores intelectuales aluden a la capacidad racional, lógica.
Los valores afectivos, se realizan en ese terreno fronterizo en el que las facultades superiores inteligencia y voluntad han de gobernar políticamente a las inferiores: sentimientos, emociones, pasiones y estados de ánimo, los cuales son acompañados por cambios corporales.
Los valores sociales (no los confundamos con la "justicia social" que se encuentra a nivel moral), aluden a nuestra capacidad de interacción con otras personas y de adecuación a diferentes entornas humanos.
Los valores físicos incumben al bien de nuestro cuerpo.
Los valores económicos se refieren a bienes materiales a los que se les da un valor convencional. Por ejemplo, los aztecas traficaban con oro, con cacao; nosotros, con billetes y monedas cuyo valor está sujeto a los altibajos del mundo financiero.
Siendo esta jerarquía objetiva, la valoración en cambio, es subjetiva. Es un acto humano que se aprende con conciencia y experiencia.
Hay que enseñar a los hijos a valorar.
Nadie nace sabiendo. Igual que nos enseñaron a sumar, hemos de aprender a valorar. Lo mismo que si yo me equivoco en una suma la culpa es mía y no de las matemáticas, si yo me equivoco en mis valoraciones, es a mí a quien se le imputa el error y no a la axiología.
Luego en cada una de las valoraciones humanas caben estas tres posibilidades: el acierto, el error (perder lo más por lo menos), o el heroísmo: elegir lo mejor, aunque el costo sea muy alto.
En última instancia, en esto reside radicalmente el arte de educar.
El ámbito familiar es insustituible y extraordinariamente rico - aunque se viva en lo ordinario y en lo cotidiano para propiciar la plenitud de una vida que sólo se alcanza encarnando valores y realizando obras valiosas.

NOTA: Leer y subrayar para la elaboración del ensayo para el viernes 16/8/13 e Investigar ¿cómo se elabora un ensayo?